Reseña 91: Chesil Beach (Ian McEwan).

Valoración personal:

Fecha de publicación: 2017

ISBN: 978-84-33-96006-1
Número de páginas: 192
Editorial: Anagrama

SINOPSIS 

"Tienen poco más de veinte años, y se conocieron en una manifestación contra las armas nucleares. Florence es una chica de clase media alta, su padre es un exitoso hombre de negocios y su madre una activa profeso­ra universitaria, y viven en una casa donde se comen quesos franceses y yogur. Edward, en cambio, pertenece a una familia que apenas se sos­tiene en la zona baja de la clase media; su padre es maestro, y su madre, tras un imprevisible accidente, vive desde hace años en una nebulosa. Y en su casa no hay comidas caras o extranjeras, las camas nunca se ha­cen, las sábanas rara vez se cambian, ni se limpian los lavabos. Florence es violinista, y Edward ha estudiado Historia. Y ambos son inocentes, y vírgenes, y se aman, y tras uno de esos largos cortejos de tira y afloja, se han casado. Es un día de julio de 1962, un año antes de que, según Philip Larkin, en Inglaterra se empezara a follar, cuando El amante de Lady Chatterley aún estaba prohibido y no había aparecido el primer LP de los Beatles... Edward y Florence van a pasar su noche de bodas en un hotel junto a Chesil Beach, y lo que sucede esa noche entre esos dos inocentes, esos jóvenes esposos de una clase social y unos años donde hablar sobre pro­blemas sexuales era imposible, es la materia con que McEwan construye su chejoviano, delicadísimo, terrible mapa de una relación, del amor, del sexo, y también de una época, y de sus discursos y sus silencios ".

¡Hola, cosas bellas! ¿Preparados para una nueva reseña? En esta ocasión os traigo un libro que se sale un tanto de lo que suelo leer. Últimamente estoy intentando salir de "mi zona de confort" y probar otro tipo de historias y de autores y autoras. Esta lectura llegó a mí gracias a mi primo, porque este es su autor favorito y me recomendó leer algo suyo. Según él, tiene libros mejores, pero este fue el primero que pillé y este es el que decidí leer. ¿Queréis saber cuáles fueron mis sensaciones al terminar la historia? Pues seguir leyendo, ratoncitos de mi corasoooooon.

Este libro nos narra la noche de bodas de Florence y Edward. A pesar de que los dos están enamorados del otro, tienen un "pequeño" problema: el sexo. Ay, pobrecitos míos. Ambos son vírgenes y temen el momento en el que acaben de cenar en ese hotel con vistas a Chesil Beach porque saben lo que toca después. A pesar de que Edward sí que ha intentado acercarse a Florence con esa actitud pícara que nos caracteriza cuando queremos entrar al tema, Florence está más que reticente. Incluso he llegado a pensar que tiene algún clase de trastorno psicológico porque esa aversión al sexo no puede ser sana. Quiero decir, si uno no se siente preparado para perder la virginidad pues estupendo, no hay problema, lo malo es tener los pensamientos de asco y odio hacia el sexo. No sé, creo que la pobre está un poco desequilibrada.

La historia transcurre en una sola noche, pero se van intercalando escenas del pasado de ambos personajes para poder entender de dónde proceden, cómo son, cómo piensan, cómo se conocieron, cómo se enamoraron,... Por esa misma razón, no hay una evolución en los personajes. A pesar de ser algo que adoro, entiendo que en esta lectura no haya estado presente porque ¿qué evolución esperaba yo encontrar cuando todo pasa en una noche?

Gracias a esos capítulos que nos narran momentos pasados que viven nuestros protagonistas, podemos llegar a entender la forma en la que se comportan durante esa noche de su luna de miel. Podemos ser conscientes de que las diferencias en cuanto al nivel social y económico están presentes de una forma sutil, que el estado mental de la madre de Edward también influyen en cómo es él, que... Bueno, voy a parar que a este paso os cuento la historia y no tenéis ni que leerla. El caso es que hay mucho escondido entre las páginas de esta corta historia, hay que saber leer entre líneas.

Al principio, se me hizo algo lenta la introducción de la trama y recuerdo que pensé que realizar tantas descripciones era innecesario; sin embargo, conforme la historia avanza, la agilidad a la hora de leer es mucho mayor y todo adquiere una mayor velocidad. Una cosa es innegable: Ian McEwan sabe escribir. Sus historias te podrán gustar más o te podrán gustar menos, pero su prosa me ha gustado muchísimo.

En una primera instancia, le iba a poner a este libro un 3'5 sobre 5; sin embargo, hubo algo que me hizo subirle la nota a un 4. Yo siempre digo que hablar de sexo es imprescindible, que tiene que dejar un tema tabú, porque así nos ahorraríamos más de un problema. La educación sexual es algo primordial. Este libro me sirve como ejemplo perfecto. Si ambos hubieran sabido lo que les esperaba esa noche, no hubieran estado tan nerviosos ante lo desconocido ni hubiesen sido tan ingenuos ante situaciones de lo más normales. Es verdad que la historia tiene lugar durante el año 1962, cuando las cosas no eran como ahora, por lo que entiendo ese estado de desinformación y desconocimiento por parte de ambos. Yo quiero extrapolar este mensaje a nuestros tiempos: la escasa libertad sexual que nos proporciona la sociedad actual hace más daño que bien y, tal y cómo he leído por ahí (citaría la fuente, pero no la recuerdo), Ian McEwan consigue hacer visible lo invisible.

En definitiva, a pesar de que no se haya convertido en mi libro favorito, ha sido una lectura rápida (tiene pocas páginas y que se leen bastante rápido) cuya prosa y cuyo mensaje me han calado. Para nada voy a descartar leer más historias de este autor, ha despertado mi curiosidad y yo soy muy pesada: voy a saciarla.

Me despido por hoy, muchas gracias por leerme y recordad: LEER ES UN PLACER, NO UNA OBLIGACIÓN.