Reseña 92: La celda de cristal (Patricia Highsmith).

Valoración personal:

Fecha de publicación: 2016 (Original: 1964)

ISBN: 978-84-33-97797-7
Número de páginas: 286
Editorial: Anagrama

SINOPSIS 

"Escrita bajo la influencia de Dostoievski, La celda de cristal combina el misterio típicamente highsmithiano con una penetrante crítica de la devastación psicológica que acarrea el sistema penitenciario. Falsamente acusado de fraude, el tranquilo e ingenuo Philip Carter es condenado a seis solitarios años de prisión, durante los cuales se entrega a un consumo destructivo de drogas. Cuando es puesto en libertad, se ha vuelto más suspicaz y violento. Para aquellos que lo rodean, recuperar su confianza puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. La celda de cristal ofrece un relato crudo, sombrío y persuasivo de la vida diaria en prisión, y de las consecuencias para aquellos que la viven, que resuelta tan relevante hoy como lo era cuando el libro se publicó por primera vez en 1964".

Seamos sinceros, no es ningún secreto el hecho de que yo adoro a esta autora. Para mí, junto a Agatha Christie, Patricia Highsmith es la diosa del misterio, el suspense y el mal rollo. Leer cualquier obra de esta mujer es orgásmico, sin más. Cuando vi este libro en la librería, supe que iba a ser mío costara lo que costara (menos mal que estaba a unos ocho o nueve euros jajaja).

Pongámonos en situación. Resulta que mi querida Patricia recibió una carta de un presidiario en la que le decía que había leído su libro "Mar de fondo" y que le había encantado. El caso es que Highsmith, a pesar de que pensó que la cárcel no era el mejor sitio para tener sus historias, entabló una buena relación con el reo y siguió en contacto con él. Cuanto más le contaba, más quería saber ella. Así nació Phillip Carter, nuestro protagonista de hoy. A Carter le condenan injustamente a seis largos años en prisión por fraude, tiempo durante el cual sufrirá una transformación asombrosa. Al entrar a la cárcel, el pobre es un ingenuo confiado que cree que todas las personas tienen un buen fondo. Por eso, cuando empieza a ver evidencias de que su mujer, Hazel, y un amigo de la familia que está ayudando en el caso para poder liberarle, David Sullivan, tienen algo entre ellos, es incapaz de pensar en que sea verdad. Incluso cuando Gregory Gawill, uno de los vicepresidentes de la empresa en la que Carter trabajaba, le asegura que él tiene pruebas, Carter se niega a creerle. Como Sullivan está investigando a Gawill para ver si tuvo o no algo que ver con el fraude de la empresa, Carter cree que se lo está inventando para volverle en su contra y evitar así que siga investigando en el caso. ¿Quién tendrá razón? Todos sabemos que las cárceles son lugares chungos, así ha sido siempre y así será. A causa de otro preso, a Carter le envían a "la cueva": la peor zona de la cárcel en la que los presos sufren torturas. Así es como termina Carter colgado por los pulgares. Obviamente, los dedos le quedan casi inservibles y le llevan a la enfermería de la prisión. Ahí pasa gran parte del tiempo mientras el doctor le inyecta morfina para que pueda sobrellevar el dolor. Es bien sabido que el poder adictivo de la morfina es total, por lo que Carter termina necesitando la morfina para sobrevivir. Seis largos años después, habiendo vivido miles de cosas y habiendo recibido visitas más y menos agradables, por fin es libre y puede volver a casa. ¿Creéis que ahí acaban sus problemas? Ja. Tendréis que leerlo para saber más.

A priori, el libro en sí no tiene mucho misterio. Lo importante es lo que ve y lo que siente durante su estancia en la cárcel, que le cambian por completo. Al salir en libertad, Carter tendrá que aprender a enfrentarse de nuevo a la vida. Dicen que nunca se sale de prisión del mismo modo en el que se entra y él es el perfecto ejemplo de ello. Después de haber leído varias historias de Patricia Highsmith, sé que sus historias no tienen que ser leídas sin más sino que tienen que ser escuchadas y que hay que saber leer entre líneas para que la trama te llegue en su totalidad. Si hay una palabra que puede definir a esta autora, esa es "psicología". En este caso, casi sin darse cuenta, Phillip Carter pasa de ser un pequeño ser confiado e ingenuo a ser una persona violenta, drogadicta y sin remordimientos. Esta es una novela psicológica, no hay que buscarle tres pies al gato e intentar buscar algún punto extraño en la historia, el punto clave es el protagonista y la forma en la que se le va la olla por completo. Yo a veces me temo a mí misma... A ver, os explico. Yo soy la típica que está viendo un programa sobre presos que se fugan de la cárcel y que lo vive tantísimo que cuando van a pillarles se pone nerviosa y le grita a la televisión que corran y que escapen. Algo así me pasa con esta autora. Yo no sé cómo lo hace, pero es terrible la forma en la que Patricia Highsmith termina convenciéndome de que el bien no siempre tiene que ganar (sí, ahora mismo os estoy dando miedo, lo sé). Partiendo de la base de que escribir historias es jodidamente difícil, es menos complicado crear historias en las que todo sale bien que crear historias en las que hay una evidente lucha entre el bien y el mal (ya no digo solo entre varios personajes, también dentro de uno solo) de la que el primero no siempre sale vencedor. Mirad sino a Ripley, el personaje estrella de una serie de libros de la autora (aquí tenéis la reseña del primer libro), él es Dios.

Hay algo que me da mucha rabia y que supongo que es inevitable que suceda (no va a dejar de pasar porque venga yo y lo diga, pero... Oye, qué cojones, que me da la gana reivindicarlo y con que lo lea una persona me doy con un canto en los dientes): ¿por qué narices se reconocen las grandes historias por sus adaptaciones al cine y no por sus libros/autorxs originales? Las películas basadas en los libros de esta autora han recaudado millones, han sido dirigidas por grandes personalidades, han sido protagonizadas por grandes actrices y actores; sin embargo, a ella "nadie la conoce". Pobrecita mía: no te preocupes, querida, yo desde Leer por placer pienso ensalzar tu nombre hasta las putas estrellas si hace falta.

¿Qué puedo contaros yo sobre Patricia Highsmith? Obviamente, si habéis leído todo lo que he escrito sobre este párrafo, ya os imaginaréis que no va a ser algo malo. Esta autora tiene la maravillosa capacidad de jugar con la ironía sin dificultad alguna. Highsmith se adentra por completo en sus personajes y a ella no le basta describirlos físicamente, la descripción psicológica es una de sus grandes estrategias. Jugar con la naturaleza humana es algo meramente complicado y ella tiene claro que sus historias deben transmitir que cualquier persona es capaz de elegir el mal camino y cometer un asesinato bajo ciertas circunstancias. Pase lo que pase, yo siempre pienso decantarme por la complejidad moral y por los villanos. Bien sabéis que, no sé por qué oscura razón, yo siempre me enamoro de los personajes "malos", por eso mismo siempre termino loca de amor cuando leo sus historias.

Si leer es siempre un placer, leer a Patricia Highsmith es más que eso. Obviamente, os súper recomiendo esta historia y cualquiera que haya nacido a raíz de su mente prodigiosa.

Me despido por hoy, muchas gracias por leerme y recordad: LEER ES UN PLACER, NO UNA OBLIGACIÓN.