Reseña 97: Fugas - O la ansiedad de sentirse vivo (James Rhodes).

Valoración personal:

Fecha de publicación: 2017

ISBN: 978-84-17-05918-7
Número de páginas: 278
Editorial: BlackieBooks

SINOPSIS 

"Este libro recoge mi lucha con la locura durante meses de conciertos, de hoteles y de sentirme solo rodeado de desconocidos. Este libro no va sobre mí. Va sobre cómo me siento. Sobre cómo nos sentimos todos, al menos de vez en cuando.

Este libro no va de ser feliz. Nunca, ni tú ni yo, seremos plenamente felices.

Pero intentarlo puede ser algo maravilloso."

Lo primero es lo primero: FELIZ AÑO NUEVO, RATONES (sí, ya sé que estamos a día 10 y que voy con algo de retraso, pero más vale tarde que nunca jajaja). También quiero disculparme por estar desaparecida, pero estoy en una etapa chunga a nivel introspectivo), voy a intentar estar algo más activa (¡lo prometo!). De todos modos, no todo es malo. Perdonadme porque os voy a contar un poco mi vida, pero es que me apetece escribir sobre ello porque pareces que así se convierte en algo más consciente, tangible y real jajaja. Resulta que aprobé la parte teórica del carnet de conducir y llevo ya dos clases prácticas (para no haber conducido un coche en mi vida, es increíble que todavía no haya matado a nadie jajaja). Además, mañana voy a comprarme un móvil nuevo porque el mío ya está muerto (siempre voy con el modo avión porque mi batería vuela). Por último y no menos importante, durante mis vacaciones navideñas en Madrid descubrí una librería feminista a la que quiero que vayáis sí o sí porque era TOTAL (C/ Unión nº4 - Mujeres & Compañía). En ella me compré dos libros y estoy segura de que me va a encantar. Ya me contaréis si os pasáis por ahí y qué os parece :).

Tenía pensado hacer la típica entrada de mis mejores y peores lecturas del año (o también alguno de los millones de wrap up que os debo... jeje), pero eso implicaba el tener que pensar en cosas que no me habían gustado para incluirlo en la parte de aquellas lecturas que no me han terminado de convencer, por eso he cambiado de idea. He decidido reseñar este libro porque... Qué cojones, ya habéis visto quien es el autor y ya visteis en la reseña que publiqué de su otro libro (léela aquí). No hay nada mejor que empezar el año escribiendo sobre este tío, sobre alguien al que admiro profundamente.

Si en el libro anterior James Rhodes nos hablaba de su vida y sobre cómo había llegado a ser la persona que es hoy en día, en esta ocasión se encarga de llevarnos de su mano a lo largo de una gira para que seamos partícipe del cambio que se produce en él tras todos esos meses de locura. Esta vez, como en la anterior, cada capítulo tiene como cabecera una pieza de concierto (obviamente a piano y a cada cual más increíble -aunque, como bien sabéis, yo me quedo con aquellas compuestas por Bach-). Además, el libro está dividido en diez partes que están encabezadas por diez máximas que el autor se encarga de reinterpretar. Por ejemplo:

"El universo me sostiene, me nutre y me protege. La paz y el amor entran y salen de mí en una armonía perfecta".

TRADUCCIÓN:

"Soy un puto mamarracho paranoico, rabioso y malhumorado, y esa rabia me hace seguir vivo. Que te den".

Al principio de la narración, James Rhodes es la misma persona que conocemos gracias al final de la lectura del primer libro. Un tipo que se encierra en sí mismo, que abraza el victimismo y que se encierra en la soledad y la locura para evitar salir mal parado.

"Dispongo de una serie de filtros que distorsionan el mundo entero, tanto por dentro como por fuera. Veo algo negro cuando el resto del mundo me jura que es rosa. Observo mi vida sobre el papel y me doy cuenta de que, desde un punto de vista racional, es extraordinaria; rebosa amor, prosperidad, amistad, talento, oportunidades posibilidades de que pasen cosas buenas. Sin embargo, mientras voy desarrollando esa vida y la contemplo a través de mi cabeza y del sinfín de filtros que esta tiene, me encuentro, del modo más frustrante, en una cárcel que yo mismo he creado y cuya salida no alcanzo a ver. Por lo visto, el objetivo del noventa por ciento de mis ideas consiste en impedirme que disfrute casi cualquier aspecto de la vida, lograr que siga instalado en la infelicidad, en la enfermedad y en la inestabilidad. Algo que se ha vuelto insoportable."

Poco a poco, conforme la gira va avanzando y James Rhodes va conociendo gente y viviendo nuevas experiencias, se va dando cuenta de cómo está viviendo su vida y de que no coincide con cómo quiere vivirla en realidad. Durante la lectura viajamos de su mano a través de un proceso introspectivo jodidamente profundo, un viaje en el que no solamente va aprendiendo él sino también el lector. Todo esto, a su vez, está narrado con un tono irónico, mordaz, crudo y sincero; esto no hace otra cosa que ayudar a que te veas envuelto por completo en ese proceso de renovación interna, de búsqueda personal.

No voy a comparar este libro con el anterior, pues son dos cosas distintas. Eso sí, la música sigue siendo un punto clave: EL PUTO PUNTO CLAVE. Como ya sabéis, yo toco el piano y ya admiraba a este tío como concertista de piano, pero después de haber leído sobre él os puedo asegurar que le admiro como persona: la superación personal es algo jodidamente complicado y James está en el buen camino (buen y difícil camino).

Siguiendo en el mundo de la música, Rhodes no solamente se contenta con citar las obras y sus autores, sino que también nos ofrece pequeñas sesiones de marujeo de siglos pasados en las que podemos cotillear sobre las vidas de los compositores y entender por qué componían lo que componían y por qué lo hacían así. Claramente, siento repetirme, mi preferido es Johann Sebastian Bach y por eso, cada vez que el autor hablaba sobre él, a mí se me mojaban las bragas.

"Tenía tantas ganas de aprender música que robó un libro de partituras de compositores insignes, que su hermano no había querido comprarle solo por fastidiar, y lo copió meticulosamente bajo la luz de la luna (eran demasiado pobres para utilizar velas) a lo largo de varios meses, de forma tan concienzuda que se provocó graves lesiones oculares. Seguramente es el único adolescente de la historia que ha estado a punto de quedarse ciego por estudiar y no por hacerse pajas"

Yo solamente os puedo decir que la lectura de este libro, al igual que su otra obra, es necesaria. Sobre todo si, como yo, os encontráis en una época difícil, una época de cambios, una época en la que os sentís perdidos, una época en la que no sabéis quiénes sois, una época en la que todo se os hace cuesta arriba y parece que cada vez está más lejos de vosotros.

En esta ocasión no me he enrollado tanto como en la reseña del libro anterior, y eso se debe a que sigo pensando lo mismo que cuando escribí esas palabras. Creo que no es necesario repetirse, basta con leer la reseña anterior para ser consciente de lo mucho que me calan las palabras de este autor. Por lo tanto, solo he querido resaltar lo que me ha parecido algo novedoso respecto a la lectura anterior. En definitiva, leer a este hombre es un verdadero placer (piel de gallina continua mientras lees y ojos rojos de la emoción, aquí lo dejo).

James Rhodes es grande, siempre lo he pensado. Antes le admiraba profundamente a nivel pianístico, ahora también como escritor. Sigo pensando que es de ser una persona jodidamente valiente el vaciarse de este modo ante unas páginas en blanco, dejarte el alma escribiendo es el mayor regalo que le puedes hacer a tus lectores/as. De nuevo: A TUS PIES, JAMES RHODES.

Me despido por hoy, muchas gracias por leerme y recordad: LEER ES UN PLACER, NO UNA OBLIGACIÓN.