Reseña 75: Sociedad de ladrones #1 - Ladrona con clase (Ally Carter).

Valoración personal:

Fecha de publicación: 2011

ISBN: 978-84-27-20077-7
Número de páginas: 352
Editorial: MOLINO

SINOPSIS 

"Después de pasar su infancia ayudando a su padre, uno de los más mejores ladrones de arte del mundo, Katarina Bishop intenta dejar el negocio familiar y empezar una nueva vida en una prestigiosa escuela privada. Pero pronto descubre, muy a su pesar, que no se puede escapar del pasado. Su padre ha sido acusado de robar unas piezas de arte de un valor incalculable a un millonario Italiano muy peligroso. Con la certeza que su padre es inocente, Kat decide encontrar ella misma las obras de artes para demostrar la inocencia de su padre y así desenmascarar al verdadero culpable. Pero el tiempo corre.. Y Kat sólo tiene dos semanas parar emprender un viaje que la llevará a través de Europa y en el que descubrirá que nada es lo que parece...".

Cosas bellas :) ¿Cómo estáis? Yo estoy gratamente sorprendida gracias a este libro, la verdad. Honestamente, empecé la lectura de esta historia sin ninguna clase de pretensiones, con la simple intención de descansar de lecturas pasadas que me habían exigido más a nivel cerebral. Dar con esta novela fue un acierto total ya que, además de servirme para desconectar un rato y entretener a mi mente con una trama trabajada y sencilla al mismo tiempo, ha sido una de las pocas veces que me he entregado al 100% a la lectura de una novela del género young adult.

"Ladrona con clase" es la primera parte de una saga que yo no sabía que existía. Compré este libro pensando que era autoconclusivo y se ve que no, que le siguen otros libros. He de rectificar y deciros que no, no es una trilogía. Yo pensaba que era una trilogía porque vi que había dos libros más publicados, pero por lo visto se ha confirmado la publicación de un cuarto. Así que no hagáis caso a lo que os dije en la entrada anterior.

En esta primera parte de la saga, se nos presenta en primera instancia a Katarina Bishop, la hija de uno de los mejores ladrones de arte que ha conocido la historia, Bob Bishop. Kat -ya sabéis que yo siempre me tomo la licencia de llamarles a todos los personajes como si fueran mis colegas de toda la vida- quiere ser una chica normal, quiere alejarse del mundo de los robos y las estafas, por lo que decide ingresar en un internado para asistir al colegio como cualquier chica de quince años. Ah, no, Kat... Tú no eres una chica cualquiera de quince años. A los tres meses de estar en el colegio Colgan, la expulsan acusándola de haber causado algún que otro daño en el colegio -madre mía la que se lía en el colegio-. A pesar de que ella asegura que no es la culpable, nadie la cree y es expulsada. Ella termina de entenderlo todo cuando a la salida le está esperando su mejor amigo, Hale. Él no viene de una familia de ladrones, es un heredero multimillonario que conoció a Kat de la manera más casual posible (bueno, entendiendo que Kat es una ladrona y él tiene muchísimo dinero... No sé si sabéis por dónde voy). Este le explica que tiene que volver sí o sí, que tienen un gran trabajo entre manos y que tienen que hacerlo si no quiere que su padre acabe muerto a manos de Arturo Taccone. Este es un señor más que muy millonario y más que muy malo al que le han desaparecido unas obras de arte. El principal sospechoso es el padre de Kat y Arturo Taccone quiere sus cuadros de vuelta o le costará la vida. Kat jura y perjura que su padre no ha sido, que tiene una coartada, pero nadie la cree. Así es como el multimillonario italiano le acaba dando un plazo de dos semanas para recuperar sus cuadros, de lo contrario nada ni nadie podrá pararle: acabará con su padre. ¿Qué creéis que harán estos dos adolescentes? Pues, ¿qué van a hacer? Van a robar los cuadros que han sido robados. Algo así como un rerobo, tal y como dicen en la novela. Pequeño apunte personal: ¿será verdad eso de "quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón"? Kat pide ayuda a su tío Eddie: el maestro familiar del arte del robo. Este le dice que está loca, que vuelva al colegio y que se dedique a estudiar, ya que el hecho de que un par de adolescentes se enfrente al mayor robo de la historia es un acto suicida en toda regla; sin embargo, Kat no lo ve así y decide seguir adelante para rescatar a su padre. Eso sí, sabe que no podrán hacerlo ellos dos solos, por lo que reclutan a la prima de Kat (Gabrielle), a un friki de la informática (Simon) y a dos jovencitos que saben demasiado sobre timos para la edad que tienen (los hermanos Bradshaw).

Como he dicho al principio de la entrada, esta novela es del género young adult y he de decir que creo que es una de las pocas historias que se catalogan dentro de este género y que realmente lo son. Me explico. Muchas veces nos encontramos con libros que dicen pertenecer a este tipo de historias y que en realidad su contenido dista mucho de lo que solemos encontrarnos en novelas así. En esta ocasión, las páginas de este libro esconden una historia que contiene todos los ingredientes necesarios para convertirse en una novela young adult de diez.

En mi opinión, todos y cada uno de los personajes de esta historia son ideales. Cada uno de ellos tiene una historia distinta y una caracterización muy bien definida. Sí que es cierto que he echado en falta algo que siempre amo cuando leo: la evolución de los personajes. Claro que también es verdad que el libro encierra una historia que se desarrolla en dos semanas. ¿Qué evolución esperas ver en dos semanas? Pues eso, queso. Además, leer sobre adolescentes "intentando ser mayores" es divertido. Imaginad a un grupito de adolescentes en el que la persona al cargo de todo tiene quince años, imaginad que se tienen que enfrentar a un señor muy peligroso con mucho recorrido en el mundillo: pues normal que les asalten miedos, dudas, ... Jo, al fin y al cabo siguen siendo unos adolescentes inseguros. Esto último me ha encantado, porque hace muchísimo más fácil la empatización con los personajes.

La pluma de Ally Carter es gloria bendita. Los capítulos no son demasiado extensos -como a mí me gustan- y están contados en tercera persona por un narrador completamente ajeno a la historia. Eso sí, ese narrador lo sabe todo y lo cuenta de una manera que atrapa completamente. No sabría muy bien cómo describir el tipo de narración que ha escogido la autora, porque juega completamente con el lector: creo que Ally Carter también tiene algo de ladrona/estafadora/espía... Se le da demasiado bien todo esto. ¿Sabéis lo bien detallado que está todo el golpe que planean Kat y su equipo a uno de los museos de arte más vigilados y protegidos de la historia? Yo creo que si la señorita Carter se lo propusiera, podría ser muy rica gracias al robo de obras de arte.

Seamos sinceros, esta historia no es ni la más profunda, ni la más emotiva, ni la más enrevesada, ni la mejor hilada, ni tiene la mejor trama jamás elaborada; aun así, os recomiendo que leáis este libro y los siguientes -bueno, todavía no los he leído pero me imagino que serán igual de molones-. No os esperéis un libro que se convierta en vuestro favorito y que os haga olvidar el mundo en el que vivís, es el libro perfecto para desconectar y entretenerse entre lecturas más pesadas y densas.

 Libro de lectura rápida y fácil, totalmente clara y concisa, con personajes de diez y una historia de ladrones al mero estilo Robin Hood.

Me despido por hoy, muchas gracias por leerme y recordad: LEER ES UN PLACER, NO UNA OBLIGACIÓN.