Reseña 63: El coleccionista (Nora Roberts).

Valoración personal:

Fecha de publicación: 2014
ISBN: 978-84-01-34355-1
Número de páginas: 512

SINOPSIS 

"Lila Emerson tiene dos profesiones que se complementan perfectamente: cuidadora profesional de casas y escritora free lance. Sus clientes le encargan el cuidado de sus casas, plantas e incluso mascotas cuando se ausentan y mientras que vive en el hogar prestado, ella aprovecha para soñar con las vidas de otros y escribir novelas. Todo cambia cuando una noche es testigo de lo que parece ser el asesinato de una chica y un suicidio y de repente se ve implicada en una investigación junto con el famoso y atractivo hermano del suicida. Juntos emprenderán una arriesgada investigación que les conducirá al peligroso mundo del tráfico de antigüedades, donde algunas personas estarán dispuestas a matar a sangre fría solo con tal de completar su colección. ".

Ratones bellos, por fin me he estrenado con esta autora. Desde hace mil años tengo una de sus novelas en mi estantería, pero nunca me había entrado la curiosidad por leerla. De hecho, el libro del que os voy a hablar ahora no es ese, sino uno con el que me hice por casualidad. La sinopsis de esta historia me pareció súper curiosa, aunque también es verdad que tampoco pensé que fuera a ser una gran lectura. Mec. Error. Conforme iba leyendo, me iba dando cuenta de que había subestimado esta historia. Me falló mi instinto.

La protagonista, Lila Emerson, es una mujer de armas tomar. Tal cual. Sus padres viven en Alaska y sus cartas y las cosas importantes llegan a casa de su mejor amiga, Julie, que trabaja en una galería de arte. Voy a haceros un pequeño paréntesis para contaros cómo nació la amistad entre ellas porque me parece lo más genial de la historia de la genialidad. Julie estaba casada con un machote, el cual se dedicaba a las relaciones extramatrimoniales con cierta asiduidad. En una de esas, el machote se enrolla con Lila sin que esta sepa que está casado. Total, que al tiempo, ambas coinciden en una clase de yoga y se dan cuenta de que los hombres de los que están hablando tan enamoradas en realidad son el mismo tipo. Así es como ambas deciden vengarse del machote y se convierten en mejores amigas. ¿No es genial? jajaja En fin, continuemos. Lila no tiene casa, vive una semana aquí y otra allá, en función de las ofertas de trabajo que le llegan. Trabaja cuidando casas y, mientras está en ellas, se convierten en su hogar durante el tiempo que dure el trabajo. La imaginación de Lila siempre está de aquí para allá, volando sin destino claro. Por ello, siempre va acompañada de sus prismáticos y se dedica a espiar. Sí, así a bote pronto puede parecer muy raro; sin embargo, no lo hace con ninguna mala intención. Simplemente, le encanta imaginar historias sobre las personas que va viendo. Así es como acaba inventándose una historia entre una pareja del edificio que hay enfrente del de la casa que está cuidando. Un día, mientras está cotilleando, presencia el asesinato de la chica y ella cree que ha sido él. Se ve en la obligación moral de llamar a la policía e informar de todo lo que ha visto. Cuando habla con los policías, estos le dicen que el chico con el que estaba había sido hallado muerto con una pistola en una mano y una botella vacía en la otro, creen que es un suicidio porque se sentía culpable de haber matado a su pareja. Al pasar un par de días, Lila y su mente inquieta no pueden evitar acudir a la policía para ver si hay algún avance en la investigación. Ahí es donde conoce a Ashton, un famoso pintor que resulta ser el hermano de Oliver, la víctima. Ashton, a sabiendas de que ella es la testigo de la que tanto hablan los policías, decide invitarla a un café para que le cuente en primera persona todo lo que vio. Ella acepta y le dice que su hermano mató a la chica, que se llamaba Sage. Ash -es mi amigo, me tomo la licencia de acortar su nombre como hacen sus colegas-, conforme Lila le va narrando los hechos, se va dando cuenta de pequeños detalles que confirman sus sospechas: su hermano no pudo ser el asesino. Así, con un Ash dispuesto a descubrir la verdad y limpiar el nombre de su hermano, y una Lila con unas ganas terribles de ayudar y saciar su curiosidad, es como ambos acaban investigando la trama para ver quién es el verdadero culpable de todo.

A primera vista, podéis pensar: "claro, lo resolverán, se enamorarán durante el proceso y fin". Bueno, es muchísimo más complicado que eso. En primer lugar tengo que destacar la complejidad absoluta de la trama policial. Nora Roberts ha creado una historia perfecta: al final de la historia no queda ningún nudo que desatar y todo está conectado de una forma ideal. La trama de asesinatos, detectives, policías, blablabla, es asombrosamente perfecta.

Dejando eso a parte, la historia de amor paralela también es perfecta. ¿Por qué? Puede parecer lo de siempre, pero no. Ash y Lila no se juntan por amor, se juntan para investigar. De hecho, al principio, ninguno de los dos siente nada hacia el otro. Poco a poco, Ash se va dando cuenta de lo ideal que es Lila como persona. Está ayudándole a resolver un crimen que no va con ella, se preocupa por él cuando ve que está triste -joder, han matado a su hermano y lo están culpando de un asesinato con el cual no tiene mucho que ver, normal que esté triste-. Él ve en ella un ancla, un pilar; pero no la ve como su futura churry. El problema de Ash es que tiene una familia enorme -en serio, ¿eh? Si no recuerdo mal, son trece hermanos jajaja- y todos siempre acuden a él cuando tienen problemas. Claro,  eso está muy bien, pero... Nadie es el apoyo de Ash cuando es él quien está mal. Por otra parte, Lila es un terremoto de persona y es súper independiente. Siempre está de aquí para allá y no es el típico estereotipo de mujer -por fin un personaje que se sale de lo de siempre, estoy harta de que todas las historias estén cortadas por el mismo patrón-. No voy a decir mucho más porque no quiero estropearos la historia por si la leéis, pero con estos datos ya podréis imaginaros lo difícil que va a ser que estos dos acaben juntos. Además, aunque no tenga tanta importancia como la historia que es el eje central de la novela, uno de los mejores amigos de Ash, Luke, resulta ser el primer marido de Julie. Estos se casaron cuando eran unos locos adolescentes y se divorciaron al poco tiempo, pero el destino quiere juntarlos de nuevo y Luke me ha parecido la cosita más adorable del mundo entero.

Si le he bajado la nota a la historia ha sido, simple y llanamente, por la velocidad de la narración. Es una pena porque, con unas cuantas páginas menos, hubiera sido el libro perfecto. No sé si a vosotros también os pasa pero prefiero muchos capítulos y cortos que pocos y largos. Quizá se le da demasiada importancia a algunas escenas que no deberían tenerla, haciendo así que la lectura se vaya haciendo un poco pesada en puntos concretos. De todas formas, he disfrutado de lo lindo con la lectura. He leído por ahí, que esta historia no ha acabado de convencer a algunos de los seguidores de la autora porque era un poquito más de lo mismo; sin embargo, yo ahí no puedo entrar porque es el primer libro que he leído de ella y no tengo con qué compararlo.

Pese a lo a expuesto anteriormente, quiero recomendaros esta lectura porque no es lo de siempre -a no ser que ya hayáis leído algo de esta autora y, tal y como dicen, se parezca a algo que ya ha hecho, pero, como no es mi caso, lo paso por alto- y a mí me ha gustado.

Me despido por hoy, muchas gracias por leerme y recordad: LEER ES UN PLACER, NO UNA OBLIGACIÓN.