Reseña 105: La perdición de Cathy (Mia Asher).

Fecha de publicación: 2018

Número de páginas: 367 
ASIN: B079GTD5L3
Editorial: Phoebe

SINOPSIS 

"Solo fue necesaria una mirada… para convertirme en una mentirosa. 

Mi vida es un desastre. 

Amo a un hombre. No, amo a dos. 

Creo… 

Uno me hace el amor, el otro consigue que arda. 

Uno es mi roca; el otro, mi kriptonita. 

Estoy rota, perdida, y me odio a mí misma, pero no puedo detenerme. 

Esta es mi historia. 

La historia de mi perdición."

Hoy vengo a pediros ayuda, ratones. ¿Os habéis dado cuenta de que esta reseña no tiene una puntuación como el resto de historias que he reseñado? Eso se debe a que, por primera vez en mi vida, no tengo ni idea de cómo abordar un libro. Ya no es tan solo la nota, no sé que me ha parecido su lectura y tampoco sé si es una lectura que os recomendaría. Estoy súper confusa, a ver si me podéis ayudar a valorar este libro. Puede que todo el mundo se me tire encima tras leer esta reseña porque soy consciente de que es un libro que, no entiendo todavía muy bien el porqué, está levantando pasiones, pero ya sabéis que soy toda una rebelde a la que le da igual y yo no pienso mentiros fingiendo que ha sido una lectura excelente. Vamos a ello.

Pongámonos en situación. Cathy lleva siglos intentando ser mamá, pero no le sale bien, y eso es justamente lo que le está separando de Ben, su marido. Ellos llevan juntos muchísimo tiempo y siempre han sido la pareja perfecta, de esas que dan incluso asco de lo pegajosas e ideales que son, pero no es oro todo lo que reluce. El hecho de que Cathy no consiga quedarse embarazada cada vez le supone un mayor reto psicológico, al que Ben reacciona de una manera totalmente distinta. Él mantiene la esperanza y le dice que todo saldrá bien, pero ella no necesita que "Don Perfecto" la trate como si fuera una muñeca de porcelana. Cathy cree que Ben ya no la ve a ella, sino a una máquina de fabricar bebés, razón por la cual empieza a desmoronarse. Amy, la jefa y amiga de Cathy, le pide que se haga cargo de un trabajo importante, razón por la cual conocerá a Arsen. Él es un joven guapo y rico que se fija en ella. ¿Qué pasa cuando aparece un buenorro y tu vida personal es una mierda? Pues supongo que ya os lo imagináis porque es un tópico bastante abundante en este tipo de historias.

Quiero dejar una cosa muy, muy, muy clara en primer lugar: SER MADRE NO TE HACE MÁS MUJER Y NO SERLO NO TE HACE MENOS MUJER. Me ardían los ojos cada vez que Cathy decía/pensaba cosas como estas dos citas:

"Sé que debería estar prestando más atención, porque me está explicando por qué no soy lo suficientemente mujer, por qué no puedo conseguir que un bebé crezca en el interior de mi cuerpo el tiempo suficiente para sostenerlo entre mis brazos, pero lo único que quiero hacer es sacudirme de encima la fría manta de entumecimiento que me cubre."

"El primer aborto me provocó un doloroso agujero en mi interior, el segundo lo hizo más grande y el tercero casi me rompió. El tiempo ha alimentado ese agujero con un inevitable aburrimiento, monotonía y resentimiento hacia la vida, hacia Ben e incluso hacia mí misma, por no ser suficiente mujer."

Entiendo que puedas sentirte mal si tu deseo es ser madre y no puedes lograrlo, pero no puedo entender que te definas por tu capacidad de engendrar vidas. No sé si me explico, quiero decir que hay mujeres que valen muchísimo por lo que son y que no pueden tener hijos por la razón que sea (y viceversa). Las mujeres tenemos millones de virtudes (y/o defectos) por muchos factores (no voy a entrar ahora en un debate sobre cuestiones de género -cosa que me encantaría, pero no estamos aquí para eso-) y os aseguro que quedarnos embarazadas no es una de ellas.

Tampoco entiendo muy bien el porqué Arsen puede llegar a ser tan capullo. Vamos a ver, te has convertido en el amante de una mujer casada, no le puedes echar en cara que se folle a su marido, me parece del género tonto. Hay una escena (yo no lo consideraría spoiler, pero por si acaso yo aviso) en la que Cathy vuelve con Arsen después de haber estado con Ben. Él le pregunta si han mantenido relaciones sexuales y, cuando ella se lo confirma, le pide que le diga exactamente que han hecho en la cama. Tras el relato y tras escuchar que Cathy le ha practicado sexo oral, Arsen le dice que se lo haga a él (iba a teclear le obliga, pero tampoco le obliga porque ella lo hace gustosamente). El caso es que no es una felación normal, es un acto ignominioso en el que él hace una gran muestra de poder pidiéndole que le mire a los ojos de forma autoritaria mientras lo hace. Una vez acaban, Arsen le grita que se acuerde de esto cuando se la chupe a su marido y coge y se pira, dejando a Cathy flipando (obviamente). ¿Quién te crees que eres Arsen? En serio, das asco. Pues así miles de escenas denigrantes y humillantes en las que Cathy, en vez de quejarse, ve actos de amor. Hola, ¿podemos dejar de normalizar la toxicidad y reflejar en las historias la realidad de que el amor romántico mata?

Sigamos. Cathy no deja de nadar entre dos aguas -Ben y Arsen- y no sabe qué hacer. Ambos le proporcionan algo que ella necesita y ella no puede decantarse por uno o por el otro. No me parece mal el hecho de tener dudas y de no saber qué es lo que más te conviene, ahora bien... ¿De verdad es necesario que ella se convierta en la víctima de todas las situaciones cuando es ella misma quien las ha propiciado? No me malinterpreteis porque tengo muy claro que Arsen es un hijo de putero y que ella ahí no tiene nada que ver, pero la que está casada es Cathy y parece que se la suda completamente. No puede pretender que el hecho de haber sufrido los abortos la exima de las consecuencias de sus irresponsabilidades. Me encantaría explicar este punto con más profundidad, pero me temo que habrá que adentrarse en la ZONA SPOILERS. 

SI QUIERES LEER ESTE LIBRO DEJA DE LEER HASTA EL SIGUIENTE AVISO.

Cathy finalmente cree que Arsen es el indicado para ella porque es quien le hace olvidar que no es una mujer válida porque no puede quedarse embarazada (obviamente eso es lo que dice ella, ya sabéis lo que opino al respecto) y toma la decisión de confesarle a Ben su infidelidad porque sabe que es un buen hombre que no se merece todas las mentiras que le ha contado. Total, que con toda la razón del mundo, Ben la manda a paseo. Ella vuela a los brazos de Arsen y siguen con su folleteo. ¿Qué ocurre entonces? Boom, sorpresa, el deseado embarazo de Cathy llega cuando se ha estado acostando con dos tíos. ¿Quién será el padre? Nadie lo sabe. Lo que sí que se sabe es que, con la noticia del bebé que está en camino, Arsen recoge sus cosas y la deja tiradísima. ¿Conclusión? Cathy se queda embarazada de a saber quién pero más sola que la una. Ahora entre en juego aquello a lo que me refería en el párrafo anterior a este. A partir de ese momento, la lectura se convierte en un pobre Cathy continuo. Vale, que ha sido infiel y no ha matado a nadie, tampoco vamos a compararla con el diablo, pero joder... ¡Te has metido tú sola en todo ese lío, no te victimices! 

FIN ZONA SPOILERS

Aquí no termina todo, no. Resulta que, cuando una cree que ya no puede ser más dramática la situación, llegan el final y el epílogo y ya la cabeza termina de estallarte porque ya sí que no entiendes nada pero de verdad. ¿Qué clase de final es ese, por favor? Y no, no lo digo porque a mí me hubiera encantado que terminara de otra forma (que también). Lo digo porque es un sin sentido de final, metido con calzador y que rompe la dinámica del resto del libro. Vamos a ver, si los personajes piensan de una forma en una página, es imposible que en la siguiente sean completamente distintos a lo que eran. Lo hubiera entendido si hubiera un salto temporal entre esas páginas, pero no lo había.

¡Ah! Hablando de saltos temporales. Esa es otra. No suele importarme que las historias vayan del pasado al presente para ir entendiendo mejor lo que va sucediendo, pero en este caso me ha parecido algo cansino. Era como si estuviera leyendo dos historias protagonizadas por la misma protagonista pero en dos tiempos; quiero decir, tenía el libro de la historia de Cathy y Ben y el del triángulo amoroso en un mismo tomo. Lo hubiera entendido mejor si, por ejemplo, a lo largo de la historia de cómo se conocieron Cathy y Ben se incluyeran los primeros abortos que sufre para ver cómo pasan de ser la pareja ideal a los dos casi-desconocidos que aparecen en la historia del triángulo amoroso. No sé si me explico, me ha faltado una línea entre ambos tiempos que los conectara.

También tengo que recalcar que a mí, personalmente, tanto drama no me termina de convencer. Quiero decir, lo único feliz que pasa en el libro es cuando los personajes mantienen relaciones sexuales (bueno, a parte de final). Me estaba desesperando mientras leía porque no pasaba nada bueno, ¡todo era triste siempre! Además, si bien es verdad que había mal rollo (joder, es una historia de infidelidades), no era un mal rollo real. A ver si me explico, no había casi gritos, ni enfados ni cosas de esas; todo era más intrapersonal y reflexivo. Llamadme masoquista si queréis, pero ya me conocéis: yo necesito mal rollo del de verdad. Perdonadme, pero si yo fuera Ben hubiera reaccionado de una forma muy distinta.

Después de todo este rollo eterno (felicidades si has conseguido llegar hasta aquí en la lectura de la reseña jajajajaja), tengo que decir que, pese a todas las cosas negativas que he dicho respecto a la historia, sí que me ha gustado cómo escribe Mia Asher (por ahí he leído que la gente se queja de que en el libro aparezcan demasiadas veces palabras como polla, por ejemplo, pero a mí que soy muy mal hablada no me ha molestado) y que, en el fondo, la lectura ha sido adictiva porque no podía parar de leer para ver si cambiaba todo en algún momento dado.

Supongo que no os he convencido para que leáis esta historia después de esta reseña, pero quién sabe... Si os animáis a ello y la leéis, o si ya la habéis leído pero no estáis de acuerdo conmigo, contadme qué os parece y así podemos ponerle una nota a la historia entre todos. De verdad, no tengo ni idea de qué hacer con este libro.

Me despido por hoy, muchas gracias por leerme y recordad: LEER ES UN PLACER, NO UNA OBLIGACIÓN.