Fecha de publicación: 2018
ISBN: 978-84-26-40516-6
Número de páginas: 464
Editorial: Lúmen
Número de páginas: 464
Editorial: Lúmen
"Nacida en las montañas de Idaho, Tara Westover ha crecido en armonía con una naturaleza grandiosa y doblegada a las leyes que establece su padre, un mormón fundamentalista convencido de que el final del mundo es inminente. Ni Tara ni sus hermanos van a la escuela o acuden al médico cuando enferman. Todos trabajan con el padre, y su madre es curandera y única partera de la zona. Tara tiene un talento: el canto, y una obsesión: saber. Pone por primera vez los pies en un aula a los diecisiete años: no sabe que ha habido dos guerras mundiales, pero tampoco la fecha exacta de su nacimiento (no tiene documentos). Pronto descubre que la educación es la única vía para huir de su hogar. A pesar de empezar de cero, reúne las fuerzas necesarias para preparar el examen de ingreso a la universidad, cruzar el océano y graduarse en Cambridge, aunque para ello deba romper los lazos con su familia."
Mi mayor miedo es envejecer. No, no me refiero a que me salgan arrugas o a que se me ponga el pelo blanco. Mi mayor miedo es perder el control de mi cabeza, que mi mente deje de tener luz propia y que se vaya apagando sin que nadie pueda hacer nada para remediarlo. Tengo dos armas, dos buenas amigas, que me ayudan a retrasar ese momento, aunque solo sea un poco, y esas son la curiosidad y la educación. Soy ese tipo de persona que no teme al desconocimiento porque representa una nueva puerta, una puerta que te guía a un nuevo mundo de aprendizaje y de nuevas experiencias. Es peligroso, claro que lo es, puesto que no sabes lo que te aguarda tras la puerta pero... ¿qué más da? Dicen que el saber es poder y yo quiero ser sumamente poderosa.
Así es como Tara Westover consiguió llamar mi atención. Veía este libro por todas partes, pero no terminaba de animarme con él. Marina, más conocida como Sra. Bibliotecaria en Instagram -investigadla un poco y seguidla si os gusta lo que veis, anda, que publica magia pura y sincera-, habló maravillas sobre él y supe que ese era el empujón que necesitaba para sumergirme entre sus páginas. Tara nos presenta la vida de Tara, su propia vida y su propia historia.
"-¿Qué es la universidad? -pregunté.
- La universidad son más años de escuela para los tontos que no aprenden la primera vez -respondió papá.
(...)
-Hay dos tipos de profesores universitarios. Los que saben que mienten y los que creen decir la verdad. -Mi padre sonrió-. Ahora que lo pienso, no sé qué es peor, si un verdadero agente de los Illuminati, que al menos sabe que trabaja para el demonio, o un venerable catedrático que cree poseer una sabiduría mayor que la de Dios."
Teniendo en cuenta lo mucho que amo aprender y la curiosidad que todo me despierta, se me hace muy difícil ponerme en el lugar de Tara. Yo no sé qué habría hecho si se me hubiera negado el derecho a una educación, si se me hubieran cerrado las puertas del mundo entero. Y no, no me refiero solamente al poder abrir un libro y leer sobre historia o matemáticas. La vida está repleta de pequeños momentos que nos hacen aprender, de momentos que nos ayudan a abrir los ojos ante cualquier tipo de situaciones, incluso las más horripilantes. ¿Cómo podemos ser capaces de buscar soluciones si ni siquiera conocemos de la existencia de los problemas?
"Desde que había comprendido que mi hermano Richard era un niño y yo una niña, había querido cambiar mi futuro por el suyo. El mío era la maternidad; el suyo la paternidad. Parecían similares pero no lo eran. Uno implicaba decidir. Presidir. Llamar a la familia al orden. El otro significaba contarse entre los llamados al orden."
Hace poco tuve una conversación con alguien que me trajo este libro a la memoria. Como ya he dicho en alguna que otra ocasión, yo fui a la universidad y me saqué una carrera. Luego me saqué un master. Trabajé un tiempo de nutricionista, de lo que había estudiado, pero llegó un momento en el que dejó de llamarme la atención y terminé con ello. Ese alguien me recriminó que les había supuesto un gasto innecesario a mis padres, que por mi culpa habían perdido un dinero que jamás recuperarían y que no entendía cómo ellos no me lo recriminaban y cómo no me exigían que me buscará algo útil que me permitiera ganar el dinero que no estaba ganando como nutricionista. Mi contestación fue clara y directa, no dudé: Yo no solamente fui a la universidad a aprenderme de memoria lo que estaba escrito en los papeles, crecí como persona y tuve que enfrentarme a nuevos retos fuera de mi casa, lejos de mis padres y de mis hermanos, pasando momentos felices y otros muchos no tanto. Gracias a todo lo que viví durante esos años ahora soy más fuerte, he forjado mi carácter y mis ideales. ¿Que por qué mis padres no me exigen que vuelva a ello? Porque quizás, tan solo quizás, prefieren una hija feliz y humilde que no una rica y desdichada, porque quizás esperan que ella encuentre por sí misma aquello que le llena y su lugar en el mundo, quizás porque quieren que sea ella misma y saben que jamás lo llegará a ser si hace las cosas por obligación y no por elección.
Tara se enfrenta durante las 464 páginas de la novela, durante toda su vida, a una familia difícil y a un entorno complicado que intenta convencerla de que todo aquello que le rodea más allá de su familia está maldito y a manos del demonio. Obviamente, cuando expresa su deseo de estudiar, se enfrenta a una dura y temida decisión: o los estudios o su familia, o el amor que se profesa a sí misma o el amor que le profesa a su familia.
"Todo aquello por lo que había trabajado y todos los años de estudio habían tenido el objetivo de permitirme adquirir un único privilegio: el de ver y experimentar más verdades que las que mi padre me brindaba, y aprovecharlas para construir mi propio pensamiento. Había llegado a convencerme de que la capacidad de evaluar muchas ideas, muchas crónicas, muchos puntos de vista era la base de lo que significa crearse a una misma. Si cedía, perdería algo más que una discusión. Perdería la custodia de mi pensamiento. Comprendí que ese era el precio que se me pedía que pagara. Lo que mi familia quería expulsar de mí no era un demonio; querían expulsarme a mí misma de mí".
¿Sabéis que ha sido lo más difícil de esta lectura para mí? Darme cuenta de que Tara es una más, Tara es alguien entre muchas otras personas. Esta historia no sucedió hace siglos, esta historia no es algo que jamás podría llegar a pasar, esto no es ficción: esto es la pura realidad. A mí me parece estupendo que cada cual tenga sus propios ideales y que decidan o no asistir a la escuela, pero ahí está la clave: decidir. Si leer no es una obligación, ratones, tampoco lo es no hacerlo. El hecho de que Tara sea una persona real, el hecho de haber leído su historia, de haberla visto en entrevistas, de haber escuchado su voz, ... Todo esto ha hecho que Tara se volviera tangible, que su historia fuera más real aun si cabe, que Tara me perforara por dentro. Leía continuamente con el corazón en un puño, pero todavía dolía más cuando me daba cuenta de que ella realmente se sentía así, que no era ninguna ilusión producto de la imaginación de cualquier escritora.
Quizás esta lectura haya ido directo a mi rincón más delicado y por eso la he sentido tanto. El no saber qué hacer, el no saber bien cuál es mi acometido en esta vida, me ha perseguido durante muchísimo tiempo. El hecho de que a alguien se le niegue esa búsqueda me enfurece y me entristece a partes iguales. Tengo dos trabajos y uno de ellos, con el que más disfruto y el que más me agota, es el de dar clases particulares a adolescentes alocadas. Me encanta porque sé que no solo les ayudo con los libros: soy psicóloga, madre, hermana, amiga, profesora y, sobre todo y ante todo, humana. Que nadie os quite el derecho a sentir.
No me quiero ir de aquí sin deciros que seáis quienes realmente queráis ser, que nadie os diga lo que podéis y lo que no podéis hacer, nosotros mismos determinamos nuestros límites y somos los únicos que podemos determinar hasta donde llegarán nuestras propias capacidades. Sé que es difícil, a mí también me cuesta, pero tengo claro que si para ser yo misma tengo que perder a alguien cercano a mí... es porque realmente no le importo lo suficiente a ese alguien.
"Podéis llamarlo transformación. Metamorfosis. Falsedad. Traición. Yo lo llamo una educación."
Hasta aquí la última entrada del 2018. Espero que hayáis pasado unas navidades increíbles, que acabéis el año genial y que empecéis el año muchísimo mejor. Os quiero y que sepáis que, sin conocernos realmente, me sois de gran ayuda siempre incluso si que os deis cuenta. Siempre os lo digo y no me cansaré nunca de hacerlo: GRACIAS POR TANTO 😘💕.
Me despido por hoy, muchas gracias por leerme y recordad: LEER ES UN PLACER, NO UNA OBLIGACIÓN.
¡Hola!
ResponderEliminarNo conocía el libro, aunque no me llama mucho no lo descarto. Igualmente, ¡feliz año!
Saludos infinitos.
¡Buenas!
EliminarSi te animas a leerlo, ya me contarás qué te parece :)
Un besazo enorme.
Holaa!! no conocía el libro pero no me llama demasiado la atención, aún así tu reseña me ha gustado:3 feliz año!!
ResponderEliminarBlessings!!
¡Hola!
EliminarMuchísimas gracias por tu comentario :) Me alegro de que te haya gustado la reseña aunque el libro no sea muy de tu estilo jajajaja.
Un besazo enorme, corazón.
Hola Ro!! Fue un libro que en su momento me llamó mucho la atención, tras leerte las siento renovadas. ¡Gran reseña! Besos y Feliz Año 2019!!
ResponderEliminar¡Hola, bella!
EliminarPues espero que te animes a leerlo y que te cautive tanto como a mí :)
Un besazo.
¡Feliz año a ti también!
ResponderEliminarEn cuanto a esta lectura, no la he leído, pero te entiendo perfectamente. Hasta coincidimos en trabajos, uno de ellos es de niñera con sus respectivas clases particulares, y sabes, me encanta saber que puedo influir de manera positiva en mis alumnas y que he ayudado a que disfruten leyendo (con solo doce años, disfrutó y entendió Bajo la misma estrella. Todo un orgullo^^). Siempre les regalo libros que puedan gustarles y les animo a seguir estudiando, que aprovechen la gran oportunidad que se les brinda.
En fin, me encanta leerte =)
¡Un saludoo!
¡Feliz año a ti también, preciosa!
Eliminar¡Arriba las profesoras particulares! hahahaha. Es totalmente cierto lo que dices, no es tan solo enseñar matemáticas o literatura, es ayudarles a crecer como personas y eso es lo que más llena como profesora :)
A mí sí que me gusta leerte a ti, bella.
Un besazo enorme, corazón.
Hola!! Me has convencido con el libro, no había escuchado de él pero ahora sé que lo necesito!! Y me llamó también la atención tu historia con tu carrera, a veces vamos a la universidad para crecer como personas y tal vez encontramos nuestra pasión después de haber concluído tus estudios o aún estudiando pero tu pasión es algo muy diferente a lo que estudias y me da gusto por tus papás que te apoyan <3
ResponderEliminarNos leemos!
¡Hola, hermosa!
EliminarPues ya me contarás que te parece, porque lo que te ha pasado es exactamente lo mismo que viví yo... No sabía nada de él, lo empecé a ver y me convencieron para que lo leyera jajajaja. Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que dices :)
Un besazo enorme, bella.
Hola.
ResponderEliminarSi te soy sincera si no fuera por tu reseña jamás me plantearía leerlo, pero la verdad es que ahora si que me llama mucho y le tengo mucha curiosidad, además me encanta las reflexiones que te ha han dejado y nos plasmas en la entrada.
Muchos besos.
¡Hola!
EliminarPues me alegro de haberte despertado la curiosidad (tú has hecho exactamente lo mismo conmigo en tu blog, que acabo de pasarme hahahaha). Ya me contarás qué te parece si terminas leyéndolo :)
Un besazo enorme.
Tengo muchas ganas de leer este libro. La verdad es que la portada en español me llamó mucho la atención, se me hace más bonita que en inglés (sí, lo dije y no me arrepiento) y luego de ver que era una autobiografía y leer las primeras páginas supe que lo necesitaba. He leído tu reseña por encima porque quiero leérmelo sin saber nada más de lo que ya sé, pero en cuanto lo acabe seguro me paso por aquí a poner un comentario decente.
ResponderEliminarSaludos :D
¡Hola, guapetón!
EliminarA mí también me gusta más la portada en español que la del libro en inglés (también lo dije, tampoco me arrepiento jajaja). Ya me contarás qué te parece cuando lo termines de leer :)
Un besazo enorme.
¡Hola, Ro! ^^
ResponderEliminarSoy tan fan. Lo sabes. Es que, por favor, QUÉ BONITO, JODER. Ais, vale, ahora voy a intentar que el comentario no parezca el puto caos, ¿sí? Para empezar, decirte (escribirte) que el principio de la reseña me ha encantado :) Sólo con las primeras líneas ya tenía el libro apuntado. Lo he visto hasta en la sopa y sabes que me pongo muy escéptica cuando todo el mundo habla maravillas de lo mismo. Eso sí, después de leerte, joder, Ro, ¿quién no va a querer leer el libro así?
Me parece que todo el mundo tiene miedo a perder la cabeza. De hecho, uno de mis miedos es no estar a la altura de lo que cojones sea que espero de mí misma. Así de absurdo. ¿No te pasa a veces?, me refiero al hecho de marcarte tú misma un estándar para el que luego, en realidad, no tienes ganas de esforzarte. Pues eso. Pero bueno, dejando dramas de lado, me gusta lo que comentas. Y es que es verdad. Quiero decir, no hay nada más triste que arrastrarse por la vida haciendo algo que no te llena y, oye, si la nutrición dejó de interesarte, ¡viento fresco! Me repatea la gente que se dedica a escupir sus opiniones, sin plantearse a quién hacen daño. Y no me refiero sólo a esta gente que critica a quién no conoce, eso ya es pura estupidez; me refiero a las que lo hacen de forma deliberada, mordiendo con fuerza en puntos flacos, para darse el gusto de sisear ese "te lo dije" apretado, el que suena tan feo que te entran ganas de echarte a llorar. Chapó a tu respuesta. Mi madre, cuándo éramos pequeños mi hermano y yo, siempre decía que le daba igual lo que hiciésemos, que con que fuésemos felices se conformaba. Al final me lo quedé como una máxima :)
Vale, me voy mucho, pero es que te ha quedado una entrada tan linda que me he puesto profunda jajajajajajaja Me alegro de que el libro te haya aportado tanto ^^ Espero que este año te encuentres joyitas así de maravillosas. Sobre el aprendizaje... amén. Se aprende de todo, lo cual muchas veces es una putada. Aprender de una caída duele como mil demonios pero, ay, lo bien que sabe no volver a caerse con la misma piedra, anticipar el desastre y decir "jeje, esta vez ni de coña, amig@".
Poquito más que añadir. Como siempre, un placer leerte, guapa :D
¡Un besazo muy pero que muy grande y que pases un maravilloso fin de semana, guapísima! ^^
¡Sexy, señoritaaaaaa! Yo sí que soy tu fan, chica guapa.
EliminarPerder la cabeza es aterrador, aunque si lo piensas bien... si la pierdes no eres consciente de ello y quizás por ello no duela. Aun así, si eres consciente, OMG. Mi día a día está marcado por ese estándar del que hablas. No sé por qué absurda razón me dedico a marcarme metas que sé que jamás lograré y que harán que me frustre todavía más... ¿No tendría más lógica marcarme metas realistas y ser capaz de cumplirlas? Así todo sería más fácil. Aunque, claro, si lo hiciera, no sería yo misma. jajajaja
Odio a ese tipo de gente, y trabajo con gente así... Imagínate lo bien que fluyen mis jornadas laborales jajajajaja. A mí también me repatean y, todavía más, cuando creen que sus opiniones no son opiniones si no leyes que imponer a todo aquel que les rodea... ¡Joder, qué santa rabia, tú!
Lo que sí que es un placer, y de verdad, es recibir comentarios como los tuyos.
Un besazo enorme, bella flor.