Reseña 102: Diez negritos (Agatha Christie).

Valoración personal:

Fecha de publicación: 2015 (Original: 1939)

ISBN: 978-84-67-04539-0
Número de páginas: 228
Editorial: Espasa

SINOPSIS 

"Diez personas que no se han visto nunca son invitadas por un huésped desconocido a pasar unos días de vacaciones en una lujosa mansión, situada en una isla de la costa inglesa. Durante la cena, una misteriosa grabación desvelará que cada uno de los presentes tiene algo que esconder y un crimen por el que pagar. Cuando el cuerpo de uno de los invitados aparezca con signos de haber sido asesinado, la tensión estallará en la mansión al darse cuenta de que el asesino está entre ellos, preparándose para actuar de nuevo. Empieza la pesadilla."

Oídme, ratones... ¿No la echabais de menos por aquí? Porque, personalmente, yo sí. Hace muchísimo tiempo que la Dama del Crimen no pasaba por aquí y eso me parece sumamente inaceptable teniendo en cuenta que es la única diosa a la cual rezo. Pero no pasa nada, ha vuelto: Agatha Christie está en casa de nuevo.

Sí, también sé qué es exactamente lo que estáis pensando: "¿Cómo puede amar tanto a Agatha Christie y no haber reseñado hasta ahora el que, probablemente, sea su libro más conocido?". Tranquilas, fieras, yo os lo explico. Con esta historia me pasó exactamente lo mismo que con Asesinato en el Orient Express (reseña aquí). El caso es que adoro tanto las ediciones de Espasa de sus historias que no quería leerla hasta que no tuviera exactamente esta edición en mis manos. Hace una semana viaje a Valencia y por fin di con ella en una librería. Así pues... Me muero de ganas de adorar e idolatrar públicamente a esta mujer.

William Blove, un exigente policía que trabaja como detective privado, el doctor Edward Armstrong, el juez Lawrence Wargrave, la institutriz Vera Claythorne, la señora Emily Brent, el general John McArthur, el capitán Philip Lombard y el joven sex symbol Anthony Marston. Estas ocho personas reciben, cada una por separado, una invitación personal para viajar hasta la Isla del Negro. Corren numerosos rumores sobre quién es el nuevo dueño de la isla, pero todos aceptan sus respectivas invitaciones porque están firmadas por alguien que conocen y en la invitación se incluyen detalles que solo ellos podrían saber. ¿Quién iba a resistirse a unas pequeñas vacaciones gratuitas en una isla desierta en la que tan solo hay una lujosa mansión? Nada más llegar a la isla son recibidos por el mayordomo y la cocinera, Mr. Rogers y Mrs. Rogers. Estos les indican que el señor y la señora U. N. Owen, los dueños de la Isla del Negro, no se encuentran ahí pero que ellos se encargarán de que todo esté dispuesto para ellos. Ahora, con estos dos últimos, ya son diez personas en la isla y ha llegado el momento en el que la vieja canción, de la cual cada uno tiene una copia enmarcada en su habitación, empieza a cobrar sentido... (o no).

Diez negritos se fueron a cenar;

uno se asfixió y quedaron nueve. 

Nueve negritos estuvieron despiertos hasta muy tarde; 

uno se quedó dormido y entonces quedaron ocho. 

Ocho negritos viajaron por Devon; 

uno dijo que se quedaría allí y quedaron siete. 

Siete negritos cortaron leña; 

uno se cortó en dos y quedaron seis. 

Seis negritos jugaron con una colmena; 

una abeja picó a uno de ellos y quedaron cinco. 

Cinco negritos estudiaron Derecho;

uno se hizo magistrado y quedaron cuatro.

Cuatro negritos fueron al mar;

un arenque rojo se tragó a uno y quedaron tres.

Tres negritos pasearon por el zoo;

un gran oso atacó a uno y quedaron dos.

Dos negritos se sentaron al sol;

uno de ellos se tostó y sólo quedó uno.

Un negrito quedó sólo;

se ahorcó y no quedó... ¡ninguno!

Durante la cena, descubren que en la mesa del comedor hay una pequeña bandeja con diez figuras de porcelana que simulan a los diez negritos. Al terminar de cenar, Mr. Rogers, siguiendo las instrucciones que le ha dejado su señor, pone algo de música. Oh, resulta que no era música. Una voz resuena por toda la estancia, acusándoles a cada uno de ellos de ser culpables (de forma directa o indirecta) de la muerte de otras personas en el pasado. En ese mismo momento se darán cuenta de que están en la isla por una razón y que han sido engañados. También descubren que el temporal impide que el barco que debe llevarles las provisiones y en el que han llegado a la isla pueda ir a recogerlos: están atrapados en la isla. A partir de este punto, cada uno de ellos irá muriendo lentamente siguiendo las estrofas de la canción de los diez negritos. Conforme van muriendo, van desapareciendo las figuras de porcelana del comedor y, además, los supervivientes cada vez están más nerviosos y sospechan los unos de los otros. ¿Quién será el culpable de todas estas muertes? 

Siempre lo he dicho: jamás, por mala que sea la historia (que no lo creo viniendo de ella), me veréis darle otra nota que no sea un cinco sobre cinco a Agatha Christie. La cabeza de esta mujer era un pozo sin fondo de movidas demasiado complejas que escapan al entendimiento de los humanos corrientes (como yo). A lo largo de toda la historia, dudas de todo el mundo y no dudas de nadie al mismo tiempo. Mientras lees, crees que lo sabes todo y crees que no lo sabes nada. Leer a esta mujer es una comida de olla impresionante. Quizás por eso me ha chirriado un tanto el final. No, tranquilxs que no es porque no me haya gustado; es más bien porque yo me esperaba un final súper épico que terminara de explotarme el cerebro. De todas formas, también es verdad que con lo compleja que es la historia en sí, un final enrevesado podría haber enturbiado el resto de la historia. No lo sé. ¿Sabéis cuando estáis chupando un ChupaChups con chicle y de repente lo mordéis? ¿Sabéis cuando miráis al cielo despejado y de la nada aparece una estrella fugaz? Pues ahora imaginad que no dejáis de morder el chicle mientras os caen encima miles de estrellas. ¿A que ahora ya no os apetece y queréis mandarlo todo a tomar por saco? Pues eso (menudo símil más extraño acabo de sacarme de la manga, tú jajajaja).

A pesar de que El asesinato de Roger Ackroyd, al menos de momento, es mi libro favorito de esta mujer, Diez negritos se ha convertido en un digno competidor. 228 páginas leídas en un día, 228 páginas escritas con una prosa asombrosa y nacidas de una mente prodigiosa. ¿Todavía no os he convencido para que os animéis a convertiros en fans de esta autora? Porque yo ya no sé qué más deciros o qué más hacer. 

Se trata de una obra atemporal (bueno, todas sus historias lo son, al menos para mí) que da igual cuándo la leas porque siempre seguirá pareciéndote impresionante. Te mantiene alerta hasta el último momento. De hecho, una vez terminada la historia, tras el epílogo, están unas hojas de más escritas para poder entender qué cojones ha pasado mientras tú estabas locx perdidx intentando averiguar qué estaba pasando. 

Leer es siempre un placer, pero si se trata de Agatha Christie... Uf. Sencillamente increíble, ratones, increíble.

Me despido por hoy, muchas gracias por leerme y recordad: LEER ES UN PLACER, NO UNA OBLIGACIÓN.